Amuay, Cúpira, Yare y pare de sufrir

Y podríamos escribir Cumanacoa, Monagas, Táchira y enumerar ad infinitum los lugares donde en estos momentos los venezolanos viven momentos de drama. Algunos de ellos ocasionados por fenómenos naturales, otros por fallas humanas o técnicas de los encargados de controlar ciertas instalaciones.
Comenzaremos por el más reciente y más trágico. La explosión en la refinería de Amuay. Lo que uno espera de un gobierno medianamente serio después de ocurrido un incidente de esta naturaleza es sobriedad y seriedad en la información. Pues no, acá en Venezuela el presidente lo que se encarga es de aprovechar y montar un show televisivo un día después de ocurrido el incidente. Para él las vidas humanas importan menos que salir a defender con mentiras su responsabilidad y la de sus subalternos, porque, para que esto ocurriera es evidente que algo falló. 
Pregonan que investigarán hasta las últimas consecuencias. Uhmn, me imagino que aun siguen investigando hasta las últimas consecuencias la explosión ocurrida en un almacén de Cavin, así como otras investigaciones hasta las últimas consecuencias que han debido hacerse sobre diversos acontecimientos ocurridos en Venezuela. 
Sigamos con lo ocurrido con el puente de Cúpira. Las excusas que da el gobierno es que una carga de una grúa telescópica fue lo que ocasionó la caída del puente. Y entonces acá afloran las preguntas. ¿Quiénes son los encargados de controlar la carga que transita por las carreteras en el territorio nacional? Además, es sabido que la gobernación de Miranda y el colegio de ingenieros ya habían advertido del riesgo en dicho puente. Imagino a los ingenieros civiles sonreír sardónicamente cada vez que escuchan al sabelotodo presidente afirmar lo de la grúa.
Por lo demás los venezolanos estamos en estado de sitio por la inseguridad, y lo increíble de todo esto es ver como en las cárceles venezolanas se encuentra armamento de guerra. Se dirigen bandas criminales desde allí y el gobierno se muestra incapaz de resolver esta situación. No nos sorprendamos si en algún momento tenemos a un pran dirigiendo desde Miraflores.
Otra calamidad es que en estos momentos importa más la campaña electoral que lo que pueda suceder en el país. La semana pasada, mientras el presidente andaba en su carroza desfilando en Cumaná, a la misma hora a pocos kilómetros, la población de Cumanacoa sufría los embates de la crecida del río manzanares. Pues nadie se dio por enterado durante ese desfile del gobierno. Es más importante seguir en la campaña por la reelección que una ciudad inundada. Allí tampoco importan las personas que quedaron temporalmente en la calle y que perdieron sus pertenencias. 
Lamentablemente este es el gobierno que tenemos. Un país noble que ha sido saqueado por una cohorte de políticos corruptos y resentidos que en mal momento elegimos y acompañamos. Pero no más. Los venezolanos le pasaremos factura a sus mentiras y engaños en todo este tiempo. Hemos sido estafados. Pero vendrán tiempos mejores.

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