Puertos de Anzoátegui
El 5 de noviembre de 2004 era nombrado en el cargo de presidente de la Secretaría de Puertos del Gobierno del Estado Anzoátegui S.A., conocida como Puertos de Anzoátegui (PASA). Para ser sincero, dos semanas antes de esa fecha ni remotamente pensaba que algo así podría suceder y ni siquiera conocía personalmente a Tarek William Saab, candidato a gobernador del chavismo que posteriormente ganaría las elecciones de noviembre del 2004.
¿Qué me llevó a aceptar un cargo de tanta responsabilidad? Las ganas de hacer algo por el país que me había dado todo y empeñarme por demostrar que las instituciones públicas sí pueden funcionar en Venezuela.
Pero, las cosas no iban a ser del todo expeditas y fáciles, y menos con alguien que se consideraba que estaba más allá del bien y del mal y que podía hacer y deshacer a sus anchas sin nadie que le pusiera límites a sus pretensiones. Para lo que tuve que sortear duré y resistí bastante en el cargo, casi tres años.
Pocos años después de mi salida de Puertos de Anzoátegui sentía que tenía algo que contar, algo que plasmar, pero el estar viviendo en Venezuela y disponer de poco tiempo para una tarea de ese tipo, no me atreví a escribir muchas de las cosas que vi y viví. Hasta que la asfixiante situación en el país me llevó a emigrar, y luego el parón con la pandemia me colocó en una posición de inoperancia casi total. Y entonces aquella idea volvió y comenzó a martillarme y no había forma que escapara de mi. Y entonces comenzó a tomar forma, cuerpo. Y después de varios meses casi que escondido y en una cuarentena dentro de la cuarentena me encontré con que tenía un texto entre mis manos.
No vayan a pensar que todo el libro está dedicado a relatar los abusos y desafueros de un sujeto de tamaña calaña, por supuesto que no. Un alma oscura como la de ese ser no se merece tanto.
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