La poesía

Seguramente los pocos que han venido por aquí dirán, bueno este es un apasionado de la literatura y lo que escribe es de política, y su razón no les niego.
Otro de los motivos por lo que voy acercándome más y más a este blog es para reencontrarme con la poesía, para dejarme llevar por ella. También para a través de ella saldar tantas deudas que tengo con la vida, y con algunas personas muy queridas, por eso en esta semana tan especial y crucial quiero compartir este poema que alguna vez se me dio en estos trances vitales.



Yo tenía mi propia trinchera
cavada con meticuloso cuidado
y obviamente mucho celo
Guardaba una sensibilidad geométrica
para que sus espacios pudieran inspirar confianza
De allí iba y venía
huyendo del día a día
que bien pudiera venir a estorbar
mi plácida existencia
amena y desabrida
En ella reía
En ella cantaba
En ella nunca lloraba
porque si no hay motivos para llorar
no vendría bien ponerse a llorar sin ningún motivo
Me encerraba
pero decían que redundaba
que mis eternos silencios bastaban
Yo tuve mi propia trinchera
Que habité
una última vez
aquella noche de descubrimientos y esperanzas
a la que abandoné
por ti