El Banco de las medicinas
Hoy quiero escribir de algo reconfortante. De una experiencia bonita que llevan a cabo en mi ciudad natal.
No sé cuándo comenzó. Pero creo estar seguro quién fue su promotor y principal impulsor, un locutor y si no me equivoco también ingeniero llamado Fernando Saurín. Propietario de algunas radios locales y una televisora local en la ciudad de El Tigre, Órbita. El asunto es que cada mañana este locutor desde la televisora enlazada a la radio va con un programa llamado "El Banco de las medicinas" desde donde recibe llamadas y también a personas que acuden a él en busca de medicinas y algunos otros tipos de ayudas que puedan paliar su situación de necesidad que viven en ese momento. También recibe donaciones de medicinas que muchas personas han dejado de usar y entonces van teniendo un inventario desde donde las donan a las personas que las necesitan.
Muchas veces en nuestra vida salimos completamente decepcionados de distintas situaciones que vivimos con nuestros semejantes, pero este tipo de iniciativas lo reconcilian a uno con el género humano y le hacen ver que sí hay un mundo posible libre de egoísmos y mezquindad.
No conozco al amigo Saurín, pero desde acá quiero darle las gracias por esa labor que realiza. Quijotesca, pero muy humana.
No sé cuándo comenzó. Pero creo estar seguro quién fue su promotor y principal impulsor, un locutor y si no me equivoco también ingeniero llamado Fernando Saurín. Propietario de algunas radios locales y una televisora local en la ciudad de El Tigre, Órbita. El asunto es que cada mañana este locutor desde la televisora enlazada a la radio va con un programa llamado "El Banco de las medicinas" desde donde recibe llamadas y también a personas que acuden a él en busca de medicinas y algunos otros tipos de ayudas que puedan paliar su situación de necesidad que viven en ese momento. También recibe donaciones de medicinas que muchas personas han dejado de usar y entonces van teniendo un inventario desde donde las donan a las personas que las necesitan.
Muchas veces en nuestra vida salimos completamente decepcionados de distintas situaciones que vivimos con nuestros semejantes, pero este tipo de iniciativas lo reconcilian a uno con el género humano y le hacen ver que sí hay un mundo posible libre de egoísmos y mezquindad.
No conozco al amigo Saurín, pero desde acá quiero darle las gracias por esa labor que realiza. Quijotesca, pero muy humana.
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